
enredarse a las mías
ayeres transcurridos bajo el agua
siento no ser yo
en este valle de espanto
llevo ahogado desde 1989
todos los días quisiera crecer
y ser un hombre pero voy
condenado a ser niño del recuerdo
sin fotografías ni un gato de mascota
juego con anemonas fuera del océano
mordisqueando rosas y donuts
ahora que ya existen y florecen
en el patio de la casa
Aquel viernes tortuoso seguí
el deseo extraño de brincar
éste me jaló por un
arco movedizo entre alas y espuma
a saltar la última caída
Aprovechando que había cruzado
un túnel entre dos canales
el caído
se apoderó de la sonrisa
de mis padres
hermanos y abuelos
los últimos ya fenecidos
caminando invisible
brincoteando
por aceras y escalas
de una ciudad lejana
que no conocí
llego al valle siempre igual
descubro una piel dispuesta
a terminar el invierno
entre navajas de pasto verde y pavimento
ensaya ocasos y mañanas
y sigue el medio día amarillo
de mi entierro
indolente sin esperar invitados
En el mundo soy un ahogado
que nadie se atreve a nombrar
pero en la perspectiva del poro abierto
sigo siendo esa desprotegida criatura
del primer día alargado
en su sueño primigenio
de trastocar con vida
las heridas de luz bajo el agua
B.O.M. imagen de la red.
4 respuestas a «Heridas de luz»
No pude dejar de pensar en la película «Stand by me», no sé por qué pero tu poema me llevó a ella.
Saludos,
J.
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No conozco la película pero voy a buscarla. Gracias José. Saludos.
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Estoy regresando de mi ausencia por vacaciones y paso a saludarte, un poema magnifico, triste y magnifico. Abrazos
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Ester, bonita y bienvenida al mundo de las letras. Abrazo a distancia.
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