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Literatura Poemas

Más que Palabras

Cuando las palabras son más que eso,

arden y endulzan y son la orilla del mundo,

un trago amargo, una boca, un signo.

 

En el vuelo siempre

te encuentro, vocablo sin fin

un lugar abierto, una plaza,

las palomas se bañan confiadas

en el claro de tus pasos.

 

Si andas perdido en una ciudad desconocida

caminando con las manos en los bolsillos,

ocultando tus destierros,

busca en el apacible silencio

que voltea a mirarse

la punta de los pies;

 

el suelo de las palabras

vías extensas, rincones íntimos

donde los amantes de abril se besan

estancias por venir.

 

Hoy soborno la memoria por un recuerdo tuyo

una palabra amable y mil caricias.

 

El recorte de los pájaros al cielo

sigue en tus manos,

y en mi pecho,

es Junio nuevamente.

 

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Beatriz Osornio Morales. Imagen de la red.

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Cuenteando Literatura

Crónica de las Palabras

El tren avanza despacio. Va aumentando de velocidad y disminuyendo de tamaño conforme se aleja por el andén. Simultáneamente, el ruido gaseoso se disipa contra una barrera de pasajeros a otros destinos. A los pasajeros en la plataforma, les alcanza el jalón de viento que se produce al iniciar la marcha, sus cabelleras y bufandas forman ligeras olas en el océano del espacio, ellos se sienten obligados a medio cerrar los ojos acuosos por la fuerza de la rotura en el aire. Cuando el efecto pasa, el tren se ha deformado ya en la distancia.

Esther viene a la estación con regularidad solo para ver gente reunirse, y termina siempre conmovida por los adioses.

Desconocidos que en un tropiezo accidental cruzan palabra, ¡Perdón! No se preocupe, todo bien, no pasa nada, mientras imaginan que se invitan un café, discurren las cosas de la vida, hablan del trabajo, la familia y dicen abruptos adioses, los que llegan retrasados sin tiempo más que para un adiós limitado y sin emociones exageradas, adióses a medias, los muchos que esperan y finalmente la espera termina al instante de ver bajar del tren a los seres amados. El encuentro es lo más lindo, la cereza en el helado, pero Esther piensa que de los que se despiden, algo queda flotando en el aire, está convencida de que sus voces se convierten en volúmenes, pelusas dentro de algún bolsillo de la gabardina, o en el bolso de la mujer que al dejar la estación ya no reconoce las voces que le hablan, ni las caras que ve sonreír y murmurar a lo lejos. Por eso sabe que en la estación de tren, más que en ninguna otra parte, quedan palabras levitando entre fragancias de mujer y agua de colonia, sentimientos que al correr de los minutos se van mezclando con el olor aceitoso del diesel derramado en las vías, el humo y los sudores de la gente, pero siempre tienen algo que contar, y esas historias son su debilidad.

Los que dijeron adiós, regresan solo con la nostalgia de la despedida, pero al salir se encuentran con perfumes frescos, lociones recién puestas, caras sonrientes, expectantes atmósferas. Las voces pasadas no se parecen a las nuevas, ni las viejas caras con las nuevas caras. Todo forma una renovada masa de hilos caligráficos bajo la media luna de las taquillas. Por las puertas, se cuela un viento frío a las salas de espera.

Algo le dice a Sarah que descorteza un durazno en la cocina, antes de salir para la estación del tren a esperar a Laura, su nieta, que esto ya ha sucedido antes. Reflexiona y piensa que en efecto, esto ya lo ha vivido. ¡Hará frío en la estación! Al salir de casa, toma la gabardina impermeable del gancho junto a la puerta, se alcanza el gorro y bufanda verdes.

Al llegar a la estación su mirada se topa con la de una mujer de apariencia peculiar, bajita de estatura, pelo corto pero estilizado, aparenta una edad media a pesar del cabello caoba bien definido. Sus ojos azules miran a Sarah con un aire de curiosidad insistente, lo que termina por inquietarla a Sarah, que contrariada se apresura a las taquillas para preguntar por el arribo del tren de Lincoln. Siente inquietud por voltear pero la extraña mujer ha desaparecido. A su vez, Esther abandona la estación con una sensación de extrañeza en las palabras, etéreas, se convierten en irreconocibles historias.

 

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Beatriz Osornio Morales. Imagen de la red.

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Books and Opinions Literatura

Un Loco Deseo de Bailar

 

“A Mad Desire to Dance” o Un Loco Deseo de Bailar es el título de Elie Wiesel que me cautivó de inmediato, sobre todo después del impacto que causa leer “Noche”, sus memorias personales, que por cierto, es un libro que se guarda en el área de libros de referencia en muchas preparatorias de USA ¿Todas?,  lo utilizan como parte del currículo de lecturas obligadas para los estudiantes.

Al principio de Un Loco Deseo de Bailar, la narración es un monólogo, pero como al tercer capítulo la perspectiva se empieza a diversificar, lo cual le da un toque de respetabilidad, esa de la que solo goza la ficción en el género de novela.

El tema principal es la locura y sus tentáculos en el comportamiento humano, ya sea como individuo o como es visto en la sociedad. “En cuanto a lo que leo en las miradas de la gente, es que me ven como un loco, y yo siempre he sentido que lo era. Loco por mis padres primero, luego por Dios, por el estudio, la verdad, la belleza y el amor imposible”

La locura de por sí, es uno de los temas que conciernen en el ámbito del arte, por sus matices de originalidad, aun cuando esos aspectos de originalidad sean sintomáticos de una desconexión con la realidad, o lo que se considera como tal. A parte está lo dolorosa que puede resultar la locura.

“Aunque pasajero, el instante contiene su propia eternidad, así como el amor, y aun el deseo, conciben su propio absoluto…(…) La persona que ama, la que crea o recrea aunque sea por un segundo, ha ganado ya una victoria contra el absurdo del destino.”

Cuando uno se topa con pasajes tan lúcidos como el anterior, cuesta pensar que sea el paciente que se cree loco, quien habla ante el psicoanalista. Lo que pone en mente la posibilidad de una novela psicológico-filosófica, donde Doriel, el personaje principal, utiliza la metafísica a raíz del sufrimiento y el trauma como víctima del holocausto de la Segunda Guerra Mundial, de la cual el mismo Elie y su familia fueron afectados en carne propia. 

 Doriel, afligido por un sufrimiento al cual no puede él mismo ponerle el dedo encima, pues es un dolor en un lugar impreciso de su ser, como sucede a menudo con aflicciones de la infancia, acude en busca de ayuda profesional, pero su psicólogo original considera imposible ayudarlo, por lo que su caso es recomendado a una colega suya que es judía, la Dra. Therese Schmitch. La Dra. intenta a lo largo de sesiones frustradas por la falta de cooperación del paciente, ayudar a descubrir lo que en el fondo de su inteligencia filosófica, le origina su padecimiento, que consiste en unas repentinas crisis de ansiedad y desconexión con la realidad. Estos síntomas aterran a Doriel al punto de la locura, lo cual lo ha encaminado a lo largo de su vida a permanecer aislado  y a no dejarse amar, y no tiene ni pizca de control sobre ello. “¿Por qué -pregunta- cuando cierro los ojos tengo la sensación de estar en un territorio hostil?” 

En realidad no sé si existe una traducción de este libro, ni si ese sería el título oficial al español, o si para jugar un poco con un sentido alegórico como se ha dicho de sus otras novelas, quizá la traducción se ajustaría al de “Otra Noche” . En cuanto a mí, en este caso particular, quiero respetar la literalidad del idioma. ¿No les parece sugestivo?

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Beatriz Osornio Morales. 

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Literatura Poemas

Para Saciar la Sed

Bebíamos poesía en el vaso…

poesía que aparábamos en las goteras

del insomnio;

drip drop drip drop;

hora con hora.

Los minutos

tenían tu nombre,

cuerpo de gota, aguardiente, un relámpago

silencioso para no despertar,

o un aguacero.

Otras noches

saciamos  la sed con aguardiente.

Éramos poesía sin recuerdos.

Deseaste tiempo para instalar mis pasos

en la isla, al fondo de las palabras,

vivir lejos de la política

y la economía, y era posible.  

Yo lo único que he deseado desde entonces,

es que  el abandono no decolore  las líneas

de tu voz, escritas a lápiz por falta de tinta.

Al doblar la esquina,  uno es un vuelco,

cóncavo, verbo

a la orilla de un precipicio,

es tener sed de silencio e irse

al fondo del mar,

sentir el ruido y cantar a las sombras.

Entonces, los navegantes  naufragan

en estas  páginas portuarias,

sin bandera de identidad,

se rompe el vaso en una línea inacabada,

llega la sequía,  

no hay  comparaciones ni  poemas,

ni fondo de mar,

ya no hay aguardiente, solo ruido

para saciar la sed.

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Beatriz Osornio Morales. Imagen, Paula Bonet

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Literatura Poemas

POEMA DEL ORIGEN

 

Vengo del instante pétreo

en la palabra,

del amasijo

de unos cuerpos

sin reposo.

 

En ti me encuentro,

soy un aleteo

una chispa que brota

del golpe de las piedras.

 

Salto con los pies ligeros

  de la flama,

pero con el dolor de muchas guerras

en la lengua.

 

Me amparo en ti.

Entre el iris del  fuego

que funde el dolor de los duelos

y las campanas.

 

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Beatriz Osornio Morales, imagen «El Abrazo» Egon Schiele

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De Escribir Interes Social Literatura

PARADIGMAS

Para entender o impugnar la disyuntiva de quien dice: “Escribir con el Corazón o no escribir” habrá que indagar primero si es posible escribir solamente con el corazón, sin un proceso paralelo de razonamiento, que respalde la estructura del lenguaje utilizado al expresar los sentimientos. Se asume que hablar con el corazón es hablar con sentimiento, sensibilidad, y honestidad, aún así es necesario cierto grado dialéctico, propio de la estructura lingüística.

Además, si la razón por la que se escribe es porque hace feliz hacerlo, independientemente de que a veces lo que se escriba cueste por las circunstancias emocionales del momento, se está admitiendo que se escribe con el corazón. El corazón busca siempre lo que le hace feliz, y escribir le orillará a ello hasta cuando se hace por exorcizar los demonios internos, o cuando se escribe porque el corazón llora, o porque es divertido perseguir los pensamientos.

Creo que entramos en dilema cuando nos predisponemos a pensar que todas las obras escritas son obras maestras, no todas las máster pieces de cualquier arte, fueron creadas en situaciones extremas. No todo en la vida es extremo, ya mostraremos ejemplos de trabajos literarios que sustentan el principio de la creatividad equilibrada y la imaginación como base fundamental. Para esto debemos abrirnos a la posibilidad de que la sensibilidad artística puede tener mucho o poco que ver con el sentimentalismo emocional de que muchos otros hacen alarde.

Un escritor es aquel que escribe motivado por un deseo urgente de capturar una experiencia, una vivencia, pero qué digo, no sólo cualquier vivencia, sino la vivencia de la vida; acarrea esto, cierta obsesión con la permanencia del tiempo como en el caso de Proust. De acuerdo con esto, el escritor existe mediante su obra, por eso desea poder escribirlo todo. Lo que alcanzan sus ojos, lo que no puede ver, lo que perciben sus cinco sentidos, lo que no alcanza, lo que piensa, lo que imagina, los suyo y lo de los demás, un lugar, un paseo, una sonrisa, la tristeza, un puente un adiós, lo que acepta del mundo, lo que desea cambiar, un guiño, lo que entiende y sabe, aun lo que sabe sin entender, o aquello que le causa problemas. Su batalla radica en hacer que las palabras, mediante un proceso dialéctico puedan ser la expresión de algo vivo, ese es el papel de la razón en el acto creativo de la literatura. Hay quien trata el asunto de razonar como algo que quita valor, vida a los sentimientos, por ende a lo que escribe, cuando por el contrario, el trabajo de un escritor es expresar la vida del instante que está declarando, instaurando dentro y fuera de sí, ya sea por un deseo puro de expresarse, o por un llamado acto de exorcismo, escribir lo que está escribiendo causará un cierto alivio, pero no mediante el acto egocéntrico del sentimentalismo y la exageración infundada, sino mediante una sincronización sensible y mental que aluda al ser humano en su más precisa aproximación, pues nunca se llega a expresar la plenitud de éste; no somos solo emoción, ni solo razón. Somos entidades complejas que procuran descubrirse mejor mediante formas de expresión si bien particulares, de alguna manera generales, pero no debe olvidarse la creatividad, ese instinto maravilloso que poseemos los humanos.

Otro aspecto que algunos realistas tachan de tabue, es “la imaginación” habilidad de la creatividad, el solo hecho de mencionar el verbo imaginar, los hace pensar en un acto poco valorable, cuando ha sido por medio de un acto de la imaginación que muchos grandes inventos han surgido. Un invento es un acto que se crea de la nada, utilizando los medios o materiales conocidos para crear algo nuevo. Así una buena obra literaria también puede surgir de un sueño, una sensación, de un acto imaginario, etc.

La imaginación es una cualidad primaria de los humanos a los largo de la evolución. Los hermanos Writhe soñaron mucho, crecieron construyendo pequeños inventos de juego, más tarde bicicletas, y un día su espíritu creativo los llevó a soñar en grande, soñaron el primer aeroplano. Tomó años y años de cálculos, improvisaciones, errores, correcciones, fracasos, reajustes, y hasta desilusiones, pero ninguna adversidad hizo que desistieran de alcanzar lo que un día empezó como un acto de la imaginación que quiso volar, y así llevaron al mundo a volar.

Semejante ha sucedido con muchas grandes obras literarias, primero han sido soñadas, imaginadas, sentidas, etc. Como gran ejemplo tengo a Cortázar, a quien no imagino escribiendo por escribir, para desahogarse de algo. Tenemos a Borges un gran narrador y poeta. A Miguel de Cervantes debió haberle costado bastante planeación lograr El Quijote de la Mancha, o a Benítez mucha investigación histórica para terminar El Caballo de Troya, francamente El Ulises de Joyce, o lo del buen Homero, tampoco parecen algo nacido de lo emocional o de primera intención. Virginia Woolf aunque pareciera emocional a muchos, encierra en su complejidad de sentimientos encontrados, su trabajo se basó en encontrar una textura psicológica, para lo cual se necesita un proceso de razonamiento que influya en la vida social de quien la lea. No puedo dejar fuera a Sartre, quien trabajó toda su vida en sus estudios, tratados y novelas. Poetas como Baudelaire y Valéry hicieron de su trabajo de escribir un arte, a eso se debe en parte el legado y la permanencia de sus obras. Y a nadie le quepa duda de que son literatos que escribieron con el corazón.

 

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Beatriz Osornio Morales. Imagen de la red

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Literatura Poemas

FRAGMENTOS DE MI

I

Me pierdo en el sonido de las hojas;

soy el silencio que habita la ciudad desierta.

Para encontrarme colecciono voces,

mil voces en las fuentes de agua, lunas

eclipsadas por camiones recolectores de basura

en la mañana.

Algunas voces me llaman a distancia,

y soy ese gentil llamado que sobrevive la sarna

de los perros de política.

La muerte es más que un cantar

de pájaro triste y solitario.

Su canto me hace llorar.

A veces la luz llega por el sonido del viento,

otras, por una grieta en la ventana que mantengo cerrada,

y hay otras veces que la luz eres tú,

a quien recojo y voy coleccionando en mi destierro.

Ese trozo de ser que creímos zozobrar,

caricia que el amor  niega

se hace hoy mi voz, carne de mi carne

relámpago y lluvia en la tierra de mi cuerpo.

Beatriz Osornio Morales

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Books and Opinions Literatura

Mientras Agonizo

“En un cuarto extraño tienes que vaciarte a ti mismo para dormir. Y antes de vaciarte para dormir ¿Qué eres?”

Como era difìcil decidir si leer As l lay Dying de William Faulkner o Great Gastby de Scott Fitzgerald, decidí leer los dos libros alternadamente. Hace mucho no hacía eso y la verdad me sorprende lo bien que salió.

Pues bien, mi sentido de organizaciòn que es escaso, me llevó a decidir que leería uno en la mañana y el otro por la tarde noche.

Esta mañana acabo de terminar de leer As l Lay Dying del autor norteamericano William Faulkner, quien naciera en New Albany, Mississippi el 25 de Septiembre de 1897. Murió en Julio de 1962. Ganador del Nobel Price en 1949 así como otros premios por su trabajo, escrito en y sobre el sur norteamericano.

Resulta que al libro le han dado el título al español de Mientras Agonizo, más fiel supongo a la traducción literal. Ahora que ya hemos puesto las cartas sobre la mesa, déjenme comentarles sobre ésta excelente lectura, escrita según el escritor en unas seis semanas. Para su desarrollo utiliza la técnica del flujo de conciencia, donde no solo se hace hablar a los personajes como merolicos o tìteres, sino que se deja hablar a su conciencia, siendo estas voces las que iluminen el panorama de la narrativa, en la voz propia (conciencia) de cada personaje.

No es un libro groseramente extenso en número de páginas, pero sus páginas pueden ser extensas por la exposición de esos tremendos mundos conscientes de la conciencia.

Cada personaje nos deja ver el mundo que en apariencia es el mismo de una forma distinta. Las introspecciones de Darl contienen dos aspectos de mi predilección, como lo son la filosofía de la vida, y la poesía expuesta de una forma casi informe, lo cual no sorprenderá a los que sabìan que William Faulkner en sus inicios como escritor escribía más poesía que narrativa.

“Y cuando ya estás vacío para dormir ¿No eres?, y cuando te llenas de sueño…nunca fuiste. Yo no sé lo que soy. No sé si soy o no. Jewel sabe que es porque no sabe que no sabe dónde es y dónde no. El no puede vaciarse para dormir porque no es lo que es, y es lo que no es.”

Darl y el resto de los personajes que son más de diez, sopesan la misión de adentrarnos en la realidad física, así como la cultura de un entorno costumbrista sureño.

Este libro me hizo recordar el estilo rulfiano no solo por el uso del costumbrismo, sino por el flujo de conciencia. Esta técnica es una suerte de trampa o de milagro, donde el escritor tiene que sumergirse en las profundidades del alma y la mente humana para distinguir entre la voz de un personaje y otro, tarea que bien puede dejarlo atascado allí, pero si logra salir airoso en el manejo de la técnica, los resultados serán magistrales.

La conciencia de Addie es quizá la más cercana al inframundo hablante de Juan Rulfo. Pedro Páramo y los personajes de Rulfo existen en ese mundo con cierta nostalgia por el mundo de los vivos, pero Addie no, ella se refiere al mundo de los vivos como un arduo entrenamiento para quedarse muertos.

“Apenas recordaba cómo mi padre solía decir que la razón de vivir, era alistarse para quedarse muertos mucho tiempo”

En la conciencia de Addie, las palabras no sirven para nada, no les cabe ni caben en lo que nombran, es un mundo de seres con una vida de motivos secretos y egoístas.

“Así que tomé a Anse. Y cuando supe que tendría a Cash supe que vivir era terrible, y que eso sería la respuesta para esto. Fue entonces que aprendí que las palabras no son buenas, que las palabras nunca caben, ni siquiera en lo que están tratando de decir. Cuando él nació supe que la maternidad fue inventada por alguien que tenía que tener una palabra para eso, porque a las que tenían hijos no les importaba si existía una palabra para eso o no. Supe que el miedo fue inventado por alguien que nunca había tenido miedo, el orgullo por quien nunca tuvo orgullo.”

Antes de conocer la conciencia de Addie, es muy fácil creer en el lado constructivo de las palabras, ese que al pronunciarlas nos construye en la mente ya sea una línea transversal que sirve como techo de donde se agarran las paredes de una casa, o ese huequito que llamamos hogar, y porqué no, de pronto empiezan a salirnos árboles, automóviles, naves espaciales que llevan a otros mundos, nos salen estrellas de la boca. Y así como dice el libro del Génesis, que todo fue hecho por La Palabra.

Supongo que las palabras a veces tienen la necesidad no solo de construir sino que en ciertos momentos son derribo.

Puede ser nuestro propio hermano, nuestra madre o padre, no la causa sino el demoledor. En este libro, a veces son los mismos muertos que regresan a limpiar su desórden y mal hechuras.

“A veces no estoy tan seguro quien tiene el derecho de decir cuando un hombre está loco y cuando no. A veces pienso que ninguno de nosotros está completamente loco, como ninguno de nosotros está completamente cuerdo, hasta que el equilibrio de nosotros se altera y lo dice así. Es como que, no es tanto lo que un cuate haga, sino la forma en que la mayoría de gentes lo está mirando mientras lo hace.”

Mientras Agonizo es un libro de lectura indispensable, muy recomendable, el cual no conforme con haber pedido prestado en la biblioteca, conseguiré como parte de mis lecturas de cabecera.

 

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Texto y traducción de citas del inglès al español: Beatriz Osornio Morales.

Datos biográficos corroborados en libro y Biography.Com

 

 

 

 

 

 

 

 

palabras, ese que al pronunciarlas nos construye en la mente ya sea una

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Literatura Poemas

ETERNITY

Y qué será de nosotros

si nunca existimos,

 

si la voz

es solo una forma vacía

del vuelo…

 

Y el cuerpo

una fiebre

espiral

 

que desciende

 

¿Qué nos queda

sino el beso?

 

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Beatriz Osornio Morales. Imagen de la red.