Hace un año ya:

Por Beatriz Osornio Morales No tengo fuerza ni palabras acertadas; a tu cuerpo esta noche lo recibe la tierra, confiado en su cálido abrazo te acuna. Sabes que al espejo se llega en el otoño, y tras la nieve arrasada por el viento, crece la vacuidad del prolijo invierno, pero tu ya duermes placidamente. No pude despedirme en persona, a tiempo con el resto de tus hijos, a ciencia cierta tengo un hoyo clavado en el corazón, como estocada a los suspiros . En este lado, lejos de todo, menos de ti, enterrada en un chillido que nadie escucha, supurando latidos, el corazón delator cuenta nuestras historias, pasando las palabras entre mis dedos, atisbos de tristeza, cuál cuentas del rosario, donde tus alas levantan vuelo.
11 respuestas a «Elegía – a mi padre»
[…] Elegía – a mi padre […]
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Son situaciones y herencias de los hijos que hemos tenido la suerte de despedir a nuestros padres; lo terrible es un padre o una madre despidiendo a un hijo. Y sí, importa decirlo.
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Ciertamente hay situaciones duras de enfrentar, y para las que nunca se está preparado, Julio, pero así esto de vivir y morir.
Saludos y muchas gracias por tu comentario.
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El poesía clásica, se hablaría de una elegía al padre; pero aquí no importa el género poético. LO fundamental es el sentimiento. Sensación de dolor por el padre ido, al cual, por razones imponderables, no pudo despedir en la hora de irse de la vida. Eso es una espina en corazón, encona y enoja, para ser drenada en el verso, como una esponja que mitiga la sed. Un abraz. carlos
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Es terrible, Carlos. Pero es cierto que en este caso no importa tanto el género discursivo, sea elegía por el puro tono, más que por su estructura.
Saludos.
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El poema toďa una elegía al padre, detrás de un remordimiento excusable, porque siempre fue tu querencia. Cuánto sentimiento
Un abrazo con gran aprecio. Carlos
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Ante la muerte se asoman algunas deudas también, Carlos, deudas que quizá nunca se pagarán ya.
Saludos y gracias por tu comentario.
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Las almas viven en el recuerdo de las personas que supimos conocer. Si muerto ya al menos un corazón se detiene un instante, se emociona, y desde ese sentir genera palabras dedicadas a mantener viva la vida de quién ya no podemos tocar materialmente, pues la vida de tu padre sin suda tuvo sentido y valió vivirla…así lo siento yo, padre de tres mujeres, hijo de quién alguna vez me contagió este sentir. Abrazo y tu padre VIVE, en tus palabras y en tu corazón.
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La emoción tan grande de vivir es tan intensa que se contagia a las demás almas, podría decir que mi vida es parte de la vida de mis padres. Por eso se sufre la muerte.
Gracias por tus palabras Sebastián. Saludos.
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Emocionante.
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gracias! 🙂
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