…Y allí estaba yo, pensando que el mundo sería mejor lugar si yo hacía esto, o lo otro. o si dejaba de hacer algo que quizá fuera culposo en dobleces de origami…quizá, tal vez, ojalá.
El caso es que el mundo sigue su curso. Hoy es así. En un tiempo, cada acción individual podía cambiar el funcionamiento del universo, pero hoy es distinto; el universo, aunque no para de moverse, es inamovible.
Lo que digo hoy es mentira. El mundo sonríe contigo, todo lo demás está en un rincón oscuro de la mente, donde se cocinan las pesadillas que se anteponen a nuestros superpoderes humanos.
Lo sé, pero yo quiero el paquete completo, nada de ocultarme de la luz o de las sombras. Es demasiado duro cuando estás sombría, dijo. Lo sé. Sin embargo, no es permanente. Cada noche arriba a un nuevo amanecer, como el navío arriba un día a la orilla, un lindo motivo para sonreír.
Beatriz Osornio Morales, Imagen de la red.
3 respuestas a «La esperanza o un barco de papel»
Aunque suena a frase de libro mediocre de autoayuda: «somos lo que hacemos con nosotros mismos». Yo por ejemplo, soy un fiasco.
Saludos,
j.
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Lo dudo mucho! Lo que haces es tan importante como los menos quehaceres!
Saludos.
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