
En la pantalla se leen fragmentos de mi. Es una sensación inexplicable con palabras, ya sabes, reconocerte así, desprendido.
La voz del reloj, tic, tac, tic, toc, es más fuerte que las demás voces de la mañana, inclusive más estruendosa que el aire acondicionado, que parece venir de allí, justo sobre mi cabeza.
B.O.M. imagen de la red