I
La flor del miedo crece
no se sabe bien si
de un escollo tierno,
o del desierto inundado
por extremas tormentas
que violan la semilla.
II
La indefensa violeta
crece,
y crece de las flores
la tinta nocturna,
distinta a las flores del sol.
Esa flor te mira
desde la obscuridad.
Te mira más fijamente
que un niño.
III
Ya en otro tiempo
nos vaciaron el plato las violetas,
llenando de hojas secas
el jarrón marfil.
Pétalos sin raíces
nos traspasan
los ligamentos de las manos,
desquebrajándonos el cabello
quemado en la epidermis,
luego de instantes
escurren
mis dedos en los suyos,
florecidos.
Beatriz Osornio Morales. Imagen de la red
Muy humano. Trasciende entre las imágenes la figura de tu padre, desde la memoria de lo mejor que guardas de amar más la vida que la muerte. Un abrazo, desde este aprecio
Carlos
Así es, Carlos. Mi papá no era perfecto pero una vez que empecé a señalar las mejores cosas, parecía que manaban de no sé donde. Lo que me lleva a pensar que a la mejor en vida nunca valoramos lo suficiente a las personas.
Gracias por pasar y por tu comentario.
Saludos afectuosos.
5 respuestas a «Vástagos»
Muy humano. Trasciende entre las imágenes la figura de tu padre, desde la memoria de lo mejor que guardas de amar más la vida que la muerte. Un abrazo, desde este aprecio
Carlos
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Así es, Carlos. Mi papá no era perfecto pero una vez que empecé a señalar las mejores cosas, parecía que manaban de no sé donde. Lo que me lleva a pensar que a la mejor en vida nunca valoramos lo suficiente a las personas.
Gracias por pasar y por tu comentario.
Saludos afectuosos.
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Bella poesía
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Muchas gracias, me alegra que te guste. Saludos.
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