Nos desvivimos sufriendo pasados,
evadiendo presentes, confrontamos
futuros que no pudieron ser
bajo una mano de justicia,
y nada más….
Nos llegan
Oleajes de noches sobre el Atlántico,
balas perdidas,
amor taciturno,
pesa la piedra de una voz callada
empujada en declive
hacia la cima estera
…y nada más.
La sombra de un gato
aquel abrazo,
que un día sostuvo sus cuerpos cansados,
estaban solos sin
nadie con quien hablar,
los deseos sobornados
con paisajes mistrales,
se dieron a probar que había vida,
para morir un medio día.
Ya sólo somos ayeres
placer exaltado entre las piernas
de un cuerpo,
tirado en la carretera de éste poema,
alegría plena, somos… y nada más.
Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.
Una respuesta a «Nada más»
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