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Con audio Cuenteando Literatura Micros

Ruido en la niebla

Las voces de los comensales se enredan en el mismo tejido de la niebla, no se ve mucho pero  al menos irradian luz en el silencio. Es preferible estar aquí, entre la soledad de los otros, que estar atascados en la soledad de sí mismos. El ruido de las viandas es lo único que indica que estamos aquí haciendo tierra, el humo, además de la sensación de irritación en los ojos, produce una sensación de estar flotando, como la niebla vespertina de los párrafos largos.

Un Hummer pardo se estaciona justo bajo la lámpara del poste; sus luces se cuelan en la niebla y dejan al humo convertido en una sustancia lechosa, sustancia, sí, esa es la palabra, pues la niebla no es humo aunque lo parezca, es más líquido que humo, por tanto, sustancia, pero el humo de aquí adentro, el de los fumadores se disuelve en la nebulosa de palabras, por eso, es comprensible que la luz del Hummer hiciera resplandecer un poco la sustancia de la niebla. Por momentos la niebla era de ámbar, y leche, de miel y lecho, verbo más que sustancia.

Y nosotros ¿no estamos solos en esta historia de líneas invisibles,  apretadas, de párrafos densos, donde los obstáculos se enredan en los demás sucesos, y lo poco que esa niebla densa de respuestas negadas deja distinguir, es humo en el restaurante, preguntas interminables, sin tono de pregunta, pero al final preguntas?

B.O.M

Por osorniobeatriz

Escribo porque es posible existir en las palabras, y probar que el sueño de la vida interior es real.

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