
¿Podre encontrar la paz que necesito para dormir esta noche, para cruzar el borde de esta poza negra con los pies del sueño? ando de brazos abiertos sin miedo a la caída del insomnio.
Pregunto a no sé quién. No es una pregunta retórica, hace tiempo que no hago preguntas retóricas. Esta es una pregunta que necesita respuesta, por eso voy a enrollar esta página en un pitillo delgado y alargado que pueda caber en la boca de una botella verde. Luego, haré un corcho con el tubo que ya no sirve de nada, y echaré la botella a naufragar, el río pasa a unos metros, solo tengo que abrir la puerta trasera, adentrarme un poco en la distancia y ya está. Sería mejor el mar, los naufragios tienen mejor destino en el mar. Mientras que el río va en una sola dirección, y las turbulencias de éste, solo pueden dejar las cosas atoradas entre las piedras, las ramas, o el descanso del velamen; el mar da muchas vueltas y tiene multitud de orillas. Si se pudiera llegar al mar por el naufragio del río, yo misma me tiraría al mar.
Beatriz Osornio Morales. imagen de la red
6 respuestas a «Botella al mar»
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El camino hacia el sueño, a veces semeja a partir la búsqueda de la nada. Un abrazo.
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Sobre todo si sabemos lo que buscamos, porque a menudo encontramos todo, menos eso. Saludos, Carlos.
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