
y me gusta llover en las aceras,
en el abrigo, nube…
derretir las luces de neón
en las cabelleras,
enredarlas
en los insondables ojos.
El deleite de escurrir
en la piel niña,
al otro lado del semáforo,
luego del verde…
antes de cualquier color.
Entre los pasos apurados
de la gente,
salpicar generosos destinos
descorrer los limpiabrisas,
superar su velocidad
hacia el vacío indemne,
pensar, dije.
Los ojos seguían allí.
Seguían siendo lluvia,
niña, semáforo, acera
indemnización de formas,
vacíos, verde cualquiera.
La velocidad hace
que todo se vea distinto,
divertido por un mes
que aún no transcurre.
Los dolores crónicos
de Ms you se han ido.
No importa
el dolor bajo la lluvia.
B.O.M. Imagen de la red.