
Yo, hace siglos tengo hambre.
hay que saltar la cuerda,
dije que saltare…
Al cruzar miradas secretas
se averió la abstinencia,
días pares de mi infancia;
el semáforo estaba en rojo
y en cada esquina, sus ojos.
Apenas si recuerdo lo que olvido
al poco tiempo de leer la carta;
¡Ah, la carta! era para mirar
con los ojos que alguna vez tuve
frente al mar.
Luego, las rimas accidentales,
el entresijo del que nadie sale vivo.
Es como saltar sin cuerda.
El que esté libre de mar
que aviente la primera ola.
A veces pienso que hablo
un idioma místico,
pero veo al borracho de siempre
en la misma esquina,
en estado comatoso, transcribo;
la maldición, el hechizo
de lo que llaman memoria,
es sólo descenso.
Será mejor saltar.
B.O.M. Imagen de la red
3 respuestas a «Saltar la cuerda»
Parece que sueñas cuando expresas en el idioma de los recuerdos. Un besazo.
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…y es que a veces se parecen, como por ejemplo, uno muchas veces se encuentra a la mitad del recuerdo, ya sea de un sueño o de algo pasado muy lejos en el pasado.
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