
El Éxodo
En el tiempo de La Gran Emigración, muchas fueron las personas que emigraron de las ciudades ancestrales de Adán y Eva, algunos motivados por el capítulo anexo al libro reglamentario que especifica que “Todo individuo es libre de emigrar” otros movidos por la curiosidad que una mujer extranjera despertó a su llegada y después a su partida, y otros a consecuencia de las dificultades que la gran emigración causó, pero siempre hubo los que se opusieron al cambio de la realidad.
Se formaron grupos de un lado y de otro para protestar en contra de la reforma, sin embargo, en vista de que la mayoría estaba de acuerdo, la ley siguió su curso. Y los grupos también siguieron de forma callada organizando interposiciones para impedir el acceso a extranjeros.
Se presume que una noche, de forma arbitraria se derribaron los puentes de mayor tránsito.
Vansen, un hombre de complexión gruesa y fuerte fue uno de los primeros que se declaró abiertamente en contra de la nueva ley, y aunque una vez aceptada la ley, él se mostró cooperativo con la causa de las mayorías y apoyó a la administración de su gobierno, fue también el primero en parecer sospechoso por el derribo de los puentes de Adán.
Al ver que las investigaciones no mostraron pruebas definitivas a cerca del culpable, los gobiernos se culparon mutuamente. El ambiente social empeoró, convirtiendo la vida cotidiana de Adán y Eva en situación de peligro.
Familias completas salieron huyendo por la ruta de los subterráneos, por ser ésta una de las menos vigiladas.
B.O.M. imagen de la red.
2 respuestas a «Las Ciudades de Adán y Eva III»
Estremecedor y real. Muy interesante, Beatriz.
Saludos,
J.
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Hola José! Gracias por tu lectura y feliz inicio de semana.
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