Estoy sentada frente al Golfo de Mexico en Clear Water Florida, frente a una desolada vista de mar abierto, un azul turquesa de Mar del Caribe hace la diferencia entre esta playa y cualquier otra costa.
Sol y arena blanca, y un cielo infinito y en cambio yo aquí experimento insatisfacción, soy una escultura de madera que las olas arrastraron hasta esta orilla, del otro lado está México. No sé lo que esperaba encontrar aquí; quizá algo más estimulante….¿Mas estimulante que el mar? Si, más estimulante en el aspecto humano.
Yo soy feliz explorando las ciudades, los pueblos, sus simetrías, sus escondrijos y trucos arquitectónicos, desafiando la naturaleza, reafirmándose ante la nada, allí fluyo mejor que en el mar, soy un rabo de luz. Pero hoy, algunas gaviotas e ibis blancos hacen la diferencia en el escenario. El cielo está despejado, una brisa gentil sopla inflamando las camisetas y despeinando las cabelleras. Lo que es a mí, me parece estar atrapada en un cuadro surrealista de Dalí donde los niños construyen montañas de arena que el mar lava constantemente, las desgasta hasta reducirlas a superficies planas. El mar todo lo achata.
A los que aman el mar, esto podría parecerles austero, otros quizá se identifiquen conmigo. Me alegro de igual manera.
B.O.M.
3 respuestas a «En un cuadro de Dalí»
Qué bueno que haya alguien en el mundo que en vedad sea feliz.
Saludos,
J.
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Ah, chistosito! todos somos felices pero no todo el tiempo.
Saludos, José,
B
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