La luz viene de donde viene, y Sartre la ve desde el café de los gatos negros; se maravilla por la parte que ésta (la luz) revela de las cosas. Al mismo tiempo le contraría mucho la parte que se oculta. Contraría tanto al grado de la náusea de Antoine Roquetin; quizá la misma náusea que a mi me produce ver una tortura con fines de milicia o de cualquier tipo.
Es sorprendente todo lo que ve Sartre y cómo lo analiza, pero me sorprende más todo lo que imagina, y cómo le atribuye a lo imaginado el conocimiento que tiene sobre ello.
Me acuerdo de Sartre en el libro de La Náusea, recuerdo que a veces me sentaba con él en el café, y volteaba a ver cuando señalaba con la mirada (seguía su mirada). A veces se obsesionaba observando algún personaje desconocido, ya fuera comensal del mismo café, o de paso en la calle, otras veces, se quedaba abstraído por horas ante un objeto; podría tratarse de cualquier objeto, pero para él ningún objeto atrae la atención accidentalmente. Le gustaba estudiar el objeto, la forma, el color, el espacio y la distancia, fuese como variantes o como constantes en relación unos de otros. Algunas veces concordamos en que visualmente, el objeto no es totalmente objetivo, pues no es posible ver todos su ángulos desde un punto de observación, intentar hacerlo sabiendo que la parte que no es posible ver desde aquí, tiene que ser completada por el cerebro, produce náusea, la luz produce algo de eso también.
Y mientras yo degustaba un plato de tomates fritos en aceite de oliva, él advertía que al perfil de la señora gorda de la mesa de al lado, le falta un lado, y él que nunca antes ha visto esa cara, tiene problemas en completar el rostro. Qué bizarro me parece imaginar un rostro incompleto, pero volteo a ver y sé de lo que habla, tantos rostros incompletos; esto sigue siendo bizarro porque mi cerebro imagina la parte que no se ve ¿y si es distinta? me asalta la inseguridad, sin embargo, la ignoro porque Sartre continúa sopesando posibilidades, ¿cuántos nuevos rostros habrá inventado? en realidad con la náusea he aprendido a ver, no solo hacia donde Sartre apunta, sino hacia donde las cosas mismas señalan.
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B.O.M. imagen de Magritte, El Hijo del hombre
7 respuestas a «La luz y Sartre»
[…] La luz y Sartre — UNA LUZ MÁS […]
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Si algo nos enseño Sartre en La náusea, es la búsqueda de la libertad, en esa mirada desdeñada de las instituciones, que constriñen la libertad. NO hay libertad total, esa deja esa luz de la mirada de Sartre, y salta su discípulo, Camus, con su personaje de El Extranjero, Meursault, para decirle al maestro: la libertad absoluta está en el suicidio. Qué grato comentarte. Un abrazo. Carlos
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Un placer tus comentarios, Carlos, eres siempre bienvenido aquí.
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Aún no leí a Sartre, estoy esperando el momento indicado. Pero algo me dice que el mismo nunca acabará por llegar.
Saludos,
J.
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Es posible que no llegue nunca, eso es cosa tuya, jajaja. Saludos ronovados José!
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Estimados lectores, bienvenidos a este 2021 en Una Luz Más. Quise comenzar el año con este pincelazo basado en la experiencia de leer La Náusea de Sartre, lo leí hace tiempo y es parte de mi colección de cabecera. Espero les guste.
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