¿Alguna vez te ha pasado que quieres salirte a la mitad de algo? ¿darte la vuelta y abandonar el momento sin volver la vista atrás?
Cada vez más…a la mitad de una entrevista, en medio de un día de mucho trabajo, qué más da cuánto falta para que termine la película, comparado con esta extraña urgencia de salir…
Esta canción es demasiado larga…penosa.
La otra mañana desayunaba un suculento plato de frutas variadas con queso, un café y galletas de avena, siempre lo he disfrutado. De pronto, esa experiencia perdió sentido. Me paré de la silla y dividí el instante, más bien, lo estrellé contra la pared invisible del sin sentido.
No sé porqué recordé las peripecias del viernes que trataba de trazar ochos decentes en las etiquetas que me habían encargado dos semanas antes. Conseguí etiquetar los objetos de las cajas del 1 al 7, deje el resto con la esperanza que la suplente del 18 de Mayo terminara el resto. Eran 13 cajas. El 25 me encontré con la sorpresa de que me habían guardado la tarea de terminar el etiquetado. Gruñí como un perro enojado al que nadie oye, lo peor era enfrentarme al ocho ¿cuántas veces? verás, eran 6 lapiceros rojos, 12 azules, 12 negros y cinco marcatextos fluorescentes para subrayar…lo que equivale a …35 ochos, más los cuatro ochos de los envases de lapiceros. Por supuesto que quise salir corriendo, pero faltaban 3 cuartos del día y cuatro cajas con objetos que etiquetar.
Ayer (por decir algo) fuimos al cine y otra vez sucedió. Sentí la urgencia de salir a media película, me di cuenta de que no era la primera vez. En casa, mi marido se queja de que cuando vemos un programa no me siento en paz, estoy interrumpiendo cada rato para ir al baño, o a beber agua, o cualquier otra excusa. Lo siento, lo he sentido hasta sin sentir.
No es miedo, no le tengo miedo al trabajo o al miedo. ¿Será una certeza? cuando me doy cuenta que me quiero ir a la mitad de algo, me he cuestionado y juzgado severamente. Si no encuentro razón aceptable para irme, me quedo sin querer ¿O vuelvo a querer? el caso es que, no hay seguridad si es más uno estando o yéndose, pero siempre respaldo mi decisión…excepto, he dejado proyectos inclusos, casi todo lo que he escrito recientemente es inconcluso, no necesariamente a la mitad pero sin terminar, como mi vida de cuarenta y algo años, la mitad de algo, la mitad de 86 años, la eternidad de la mitad, un cuarto de algo, 172 quizá. ¿Qué se puede hacer sintiéndose un fragmento de sí mismos, una mitad? Hoy más que nunca quiero salirme de este confinamiento pandémico, así que desperté a mi hijo y lo lleve a practicar sus lecciones de manejo a la salida del sol.
Texto e imagen: Beatriz Osornio Morales
2 respuestas a «Hoy más que nunca»
Hola Carlos, no había escuchado la palabra «jertera» supongo es colombiana. Yo debería seguir tus pasos en lo de abandonar más.
Saludos y gracias por venir.
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A mi me da jartera una película y la abandono, a no ser que tenga que soportarla porque tengo que hacer un juicio sobre ella. Un abrazo. Carlos
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