Hoy desperté en La la Land. Eran como las siete am cuando me despertó esa rara sensación como de enamoramiento. Abrí los ojos y no tardaron en adaptarse a la luz que ya entraba por alguna grieta de las cortinas. ¡Qué encantadora claridad!
Miré a mi alrededor y me di cuenta que todo seguía igual en el cuarto, pero algo, alguien me alcanzaba desde cada objeto; un pensamiento, un tironcito, un algo. De cada pensamiento crecía el instante, y así he ido por las horas, con la sensación de estar enamorada, con nadie en particular, propensa al enamoramiento. Obviamente me doy cuenta de que eso me hace vulnerable a ser lastimada. Re afirmo las pisadas como si anduviera en un suelo truculento de arenas movedizas, y es que el amor nos hace cometer torpezas. Así que he fumado de lo lindo todo el día. Son las 4:10 pm y ya he fumado música, cielo azul, luz, luz transparente, he fumado recuerdos a morir y no he muerto, he fumado consciente de cada instante, felicidad, ah, cómo duele esta felicidad. ¿Será que uno le tiene miedo a la felicidad por el miedo de perderla? he fumado movimiento, mis propias muecas, sus ruidos de gente de bien, el mal no existe ahora. Decidí amar el día.
A ratos el amor se convierte en deseo, pero no es un deseo carnal. A veces es preferible el deseo carnal que esto. Esto es más que físico y da miedo, no tengo más remedio que escribirlo, escribirlo porque mientras hacía la cama me golpeó el pensamiento de que todo esto que me pasa, tan real y nadie más lo sabe..¿es real?
Por suerte del recuerdo, me vino la piel de aquel muchacho limpio y sólido como atleta. Fue mi primer amante oficial, de palabra y de tacto, me gustaba peinarle el pelo con mis dedos y él me hablaba con la suavidad de su piel morena, tenía mirada soñadora, con sus manos me miraba más profundamente, sé que me habría seguido hasta el mismísimo infierno, era tentador provocar que me quisiera más todavía, pero yo no supe quererlo igual aunque lo ame.
Antes tuve un amante platónico, es increíble lo intenso que se puede amar de esa forma. Buscarse con la mirada, frente a frente, coquetear en la clase, competir en el conocimiento, huir, pretender huir de sus pasos y encontrarlos en todas partes, incluso cuando no estaba lo encontraba en los lugares donde antes había estado. En un viaje de campo de la escuela, me siguió escaleras arriba, cuando se acabaron los escalones di la vuelta intentando regresar pero me tapó el paso, nos miramos un momento, hasta que sentí el calor de su mano en la mía, entonces miré nuestras manos así, tenía el tacto suave a pesar de parecer rústico, ese momento fue como una explosión de calor en un extraño planeta, era demasiado intenso, me derretía y no pude soportarlo. Como pude me escabullí y aunque nunca acepte hablar con él fuera de lo académico, su caricia me acompañó por mucho tiempo.
¿Lo ven? En esta tierra, los recuerdos son más que eso, pueden sentirse.
Bueno, es que en La la Land, los objetos tienen cara de personas que enamoran, eh allí el globo de cristal que me está dando esta inmensa energía de poder creador, o la ingenuidad de poder crear algo nuevo. Pero también está el paso tembloroso del enamorado que se enfrenta a un mundo que con seguridad contiene algo de dureza.
Así estoy terminando este año que empecé bien. En algún momento atravesé lugares oscuros de los que pensé que jamás iba a salir, pero ahora estoy aquí, en La la Land, y hay luz.
A todos los que conocen esta tierra les digo: La fuerza nos acompañe en todo momento.
Beatriz Osornio Morales, Imagen de la red.
4 respuestas a «Mi La la Land»
Todos aspiramos a un día de estos, en estos tiempos tan duros, tan difíciles, tan escasos de solaz y diversión. Un abrazo. Carlos
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Ahora mismo me vendría bien un día en La la land. Un abrazo , Carlos
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Merecemos tener, de vez en vez, un día como el que describes.
Pero que no se repita muy seguido para que no se haga mera costumbre.
Saludos,
J.
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Afortunadamente esos días son raros.
Muchas gracias por tu paciencia de seguirme el juego y comentar.
Saludos J.
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