¿Cuarenta y qué?

En un tiempo, en una conciencia del espacio solía describir los lugares que visitaba. Ya hace tiempo que no lo hago, sobre todo si son resorts. Uno empieza a perder conciencia de las particularidades en estos lugares.

Hoy es mi cumple años, y si eligiera describir este resort, por pura distracción empezaría por…decir:

Hay una ventana que es puerta a la terraza, con persiana blanca que se funde con el blanco dintel. Estamos en el segundo piso. Y hay, junto a la puerta, una ventana que no es puerta pero mide lo mismo de altura, y en lugar de haber una persiana que abarque ambas puertas, la curra ventana tiene su propia y ridícula persiana de arriba a abajo, que se funde con su blanco marco de risa. ¿No podrían haber diseñado una puerta ventana a la terraza más ancha con un solo dintel? supongo que fue un intento de originalidad por parte del arquitecto.

Creí que también se me haría costumbre escribir sobre cada cumpleaños. Escribí tres años consecutivos pero en algún momento se perdió la conexión entre un cumpleaños y otro, como si fuera otra vida que de pronto surge, una vida sin pasado quizá, a la que le gusta la música de Celso Piña y el rock. Hace un año escribí para celebrar, hace dos por desafío al ser, sí señor, ser lo que soy…y hace tres, cumplí cuarenta y dos veranos y no sé cuántos desayunos, cuántas cenas, no quiero ni pensarlo. Hoy, hoy escribo por pura conciencia de no haber escrito aún, por asomarte a la ventana puerta, con qué afán, no lo sé y quizá no importe.

Quiero que veas con estos ojos llenos de ventanas abiertas y persianas cerradas, de luz de restaurante, mientras esperas a que te sirvan la orden, pediste salmón con salsa de jengibre y soya, acompañas el plato con pino gig rio blanco. Lo sé, me estoy poniendo personal y adivinatoria.

Hoy celebré la mitad de los cuarenta, cuarenta qué.

Sentada en la cama blanca, rodeada de palabras conciliatorias, buenos deseos, bendiciones, salidas a comer y brindis; todo eso que rodea la atmósfera de los cumpleaños. Para intentar describir el lugar, un resort en lugar de otro. Una descripción que debería ser suficiente y no lo es. Un teléfono suena en la distancia, es otra posibilidad de esta realidad, amiga de mi hijo, corazón latente. Estamos en Williamsburg, Virginia, por si quieres venir.