Si una sola palabra sale de tu boca
cuando estás callado, son soles
sus vocales.
Una palabra solar…
Cabe en la palma de tu mano
a la medida del mundo.
Si pudiese el sol aclarar distintas oscuridades
sin herir susceptibilidades: se conectarían
miradas, puertas
abiertas, especies extintas,
personas violentadas, infancias arrebatadas
por la esclavitud, ojos vacíos, la inocencia,
luchas sin tregua… viajes
a las estrellas en cualquier lugar.
Si es verdad que somos los arquitectos
de nuestro destino….
¿Por qué algunos gozan destruyendo, agrandando
nuestro peor enemigo y la fealdad de negarlo?
Construimos fronteras,
lugares comunes en la inversión,
casas que el huracán
puede arrebatar, pero que protegen contra
leyes de bienes raíces: Tener, poseer, sin
importar qué, cuánto más, mejor.
La guardería quemada se reconstruye
apretando tuercas a la ley…
los infantes calcinados no.
Olvidamos el detalle de que una cosa
identifica a aquel que la creó, y al
mismo tiempo, a la persona que lo posee,
algo no cuadra:
Grandes edificaciones de fragilidad,
espejos que reflejan el aire;
ayeres convertidos en mal sueño mañana,
mirar una vez erigido en vidrio,
el aire en vuelo, y la avaricia de los que
quieren encerrar el Todo en su puño.
En este momento, se escucha una voz
que viene del sótano, cierro los ojos y dejo que
mueva mi mano, su tinta fluye con soltura familiar.
La voz sigue hablando como alguien
que conoce el camino en la oscuridad
me guía hacia la calle, perfecto lugar para
ese destino que concluye aquí, llámese París, New Orleans,
Londres, Nueva York, o cualquier otro lugar
donde nos extinguimos con placer,
quizá por última vez, y esta es la realidad:
Se incendian con luz los faroles, los trenes
circulan uno tras otro, el tráfico vehicular
desciende, cerraron los negocios, se acerca
la hora (los bares están disponibles)
La gente en su pulular desaparece rápidamente
de las calles,
es común que los que trabajan, se deban al trabajo,
pero por la noche el mundo se dispersa lascivo.
Los que coinciden en los lugares
menos acostumbrados, toman vasos de licor
para cambiar el día.
Sus risillas nerviosas se cruzan dispuestas al reto.
Si una sola palabra saliera de tu boca
cuando estas callado…
Beatriz Osornio Morales. Imagen de Picasso
2 respuestas a «Cualquier Lugar»
Como sea, hay que tomar algo que ayude a recordar la vida de una manera distinta a la verdadera. A veces me pregunto si en este planeta queda alguien feliz. Un abrazo.
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Hay momentos felices en la vida, y al final muchas vidas podrían considerarse felices, pero en el día a día, los momentos son los que cuentan. Saludos Carlos, y gracias por pasar y comentar.
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