XI
Te lleno los ojos
de invisibles cuerpos…
ondulando con
un dedo
tembloroso
tu voz,
invento una piel a su luz
en las tinieblas,
y es mía,
tu lengua que alumbra en mí
visionarias palabras:
Es un deleite de amar,
desde el ojo-corazón agónico
del ciego.
Beatriz Osornio Morales,