Sin dedicatoria.
De muchas formas has pintado para mí, como presumes tú, o los dos asumimos que yo he escrito para ti en ocasiones.
Podemos asumir cualquier cosa, asumir que esas formas en el vientre de tus formas son mías, y las líneas incrustadas al contorno de las tuyas, el rubor, el líquido difuminado, y hasta el latido oculto, y seguir asumiendo, movidos por…no sè, quizà un recuerdo de lo que pasó. A juzgar por mi cuenta, dudaría que fuera como lo que recordamos. Esos rostros híbridos entre las manos cambian sin la mirada.
Ahora bien, admito tener mis dudas sobre lo que realmente fue contigo, seguramente tú , el tú que tuvo que ver algo conmigo, actualmente recuerda los acontecimientos de otra manera, qué alivio. La realidad fue distinta a lo que recordamos.
No es lo mismo ver el agua que tocarla. Puedes contemplar la imagen intacta y saber que es tu imagen. Pero solo te reconocerás al estirar la mano, y extraer del fondo de esa imagen de agua, el dibujo tembloroso de mi esencia y beberla.
Beatriz Osornio Morales, imagen: Egon Schile